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Adicción a las Benzodiacepinas

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¿Qué son las Benzodiacepinas?

Con el término hipnosedante hacemos alusión a los tranquilizantes o ansiolíticos, que son los medicamentos para calmar los nervios o la ansiedad, y a los somníferos (o hipnóticos), que son los medicamentos para dormir. Los fármacos incluidos en esta categoría son principalmente las benzodiacepinas, los barbitúricos y los hipnóticos Zolpidem y Zopiclona.

Las benzodiacepinas, también referidas con los diminutivos "benzos" o "trankis" (aludiendo a el nombre comercial de uno de ellos: Trankimazin ®), son el grupo de fármacos psicotropos más utilizados en la práctica clínica habitual y prescritos por médicos de todas las especialidades. Se prescriben para una amplia variedad de pacientes, incluso para los que no tienen un trastorno de ansiedad y acuden a su médico con molestias o quejas físicas.

En general, se puede decir de las benzodiacepinas que son fármacos muy efectivos y muy seguros en el tratamiento de la ansiedad si hay una prescripción y supervisión médica desde el principio hasta el final del tratamiento. Se suelen clasificar en: relajantes musculares, ansiolíticos e hipnóticos; sin embargo, la división entre ansiolíticos e hipnóticos es artificial. Cualquier benzodiacepina hipnótica es ansiolítica y viceversa. Estas sustancias tienen un considerable inconveniente: su potencial adictivo. Mientras que, es raro encontrar personas que tomen más dosis de antibiótico de la prescrita por su médico, es relativamente frecuente encontrar personas que prolongan o aumentan la prescripción del tratamiento con hipnosedantes. Este fenómeno (compartido con los barbitúricos) se produce por dos efectos que pueden resultar gratificantes: la elevación del estado de ánimo y sensación de tranquilidad (al reducir la ansiedad). Ambos efectos pueden llevar a la automedicación o sobremedicación (lo que conocemos como abuso de benzodiacepinas). El mal uso de estos fármacos aunque ocurra en pocas ocasiones puede dar lugar a una serie de problemas que se van a tratar a continuación.

Para evitar el mal uso de las benzodiacepinas es imprescindible que sean prescritas por un médico y bajo su supervisión desde el principio hasta el final del tratamiento.

Es posible que no haya oído el término benzodiacepina, por ello le ofrecemos a continuación un listado de las más prescritas en España. Es muy posible que pueda identificar alguna de las siguientes en el botiquín de su casa:

Principio activo Nombre comercial
Alprazolam Trankimazin ®
Bentazepam Tiadipona ®
Bromazepam Lexatin ®
Clonazepam Rivotril ®
Clorazepato dipotásico Tranxilium ®, Dorken ®
Diazepam Valium ®
Flurazepam Dormodor ®
Ketazolam Sedotime ®
Loprazolam Somnovit ®
Lorazepam Orfidal ®
Lormetazepam Noctamid ®
Midazolam Dormicum ®

Indicaciones de las Benziodacepinas

Las benzodiacepinas tienen, no solo propiedades ansiolíticas, sino también hipnóticas, anticonvulsivas y relajantes musculares. En la actualidad se emplean en muy diversas situaciones y, bien prescritas y empleadas, resultan una alternativa eficaz, segura y barata para el tratamiento de:

  • Ansiedad e insomnio.
  • Tensión o contractura muscular.
  • Algunos tipos de epilepsia (status epiléptico y mioclonías).
  • Inducción anestésica, sedación preoperatoria y sedación para técnicas instrumentales.
  • Síndrome de abstinencia alcohólica.
  • Distonía, discinesia aguda y acatisia secundaria a fármacos neurolépticos.
  • Estados de agitación psicomotora.

Origen histórico de las Benzodiacepinas

A lo largo de la historia se han buscado sustancias que pudieran rápidamente calmar la ansiedad, la tensión psíquica, las preocupaciones y el malestar psicológico. Durante siglos se han empleado el alcohol y algunas plantas medicinales. Una de las sustancias naturales más empleadas desde la antigüedad fue el opio, una sustancia que se extrae de la amapola y cuyo uso se remonta al tercer milenio a. C. Cuando más se popularizó su consumo fue en el siglo XIX que se consumía inhalado/fumado y llegó a dar nombre a las guerras del opio entre los imperios chino y británico.

En el año 1902, el alemán Emil Fischer sintetizó el primer barbitúrico, el Barbital, con cuyo descubrimiento fue galardonado con el Premio Nobel de Química. Los barbitúricos, abanderados por el Barbital y el Fenobarbital (sintetizado en 1912), han sido los fármacos que han dominado la escena de la ansiedad y la agitación de los pacientes psiquiátricos hasta los años 60. A los pocos años de su uso, ya se dieron cuenta los facultativos que era fármacos que tenían un elevado potencial adictivo y una alta letalidad en sobredosis.

La comercialización de la primera benzodiacepina (Clordiazepóxido – Librium ®) en el año 1957 se obtuvo una alternativa farmacológica a los barbitúricos que fuera más segura en sobredosis, con menos efectos secundarios sedantes y menor potencial adictivo. Con la introducción de las benzodiacepinas y la gran cantidad de moléculas disponibles, el uso terapéutico de los barbitúricos se ha relegado al anestésico y anticonvulsivo.

Desde los años 60 las benzodiacepinas han dominado la escena de la ansiedad y del insomnio.

Desde la llegada a finales de los años 80 y principios de los 90 de los antidepresivos conocidos como inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), comienza un cambio en el paradigma del tratamiento de la ansiedad. Se administran fármacos que en unas pocas semanas son capaces de disminuir y hacer desaparecer la ansiedad de forma gradual y sin riesgo de abuso ni de tolerancia al efecto ansiolítico. Los fármacos ISRS desbancan a los antidepresivos tricíclicos en el tratamiento de la depresión por ser más seguros en sobredosis, por tener menos efectos secundarios y por tener un menor índice de interacciones farmacológicas. De igual manera, en ansiedad se convierten en tratamientos de elección y de primera línea, según las guías clínicas internacionales de buena práctica clínica, incluso por delante de las benzodiacepinas. Aunque veremos en el apartado siguiente como la prescripción de benzodiacepinas ha aumentado en los últimos en nuestro país, posiblemente por no seguir estas recomendaciones.

Los fármacos ISRS desbancan a los antidepresivos tricíclicos en el tratamiento de la depresión por ser más seguros en sobredosis, por tener menos efectos secundarios y por tener un menor índice de interacciones farmacológicas

Con respecto al tratamiento del insomnio, las benzodiacepinas desde su comercialización también han dominado el mercado de fármacos hipnóticos. Hasta que, en la década de los 90, se comercializaron en España dos principios activos con un mecanismo de acción similar a las benzodiacepinas, se trata de los agonistas selectivos del receptor GABAA1: Zolpidem (nombres comerciales Stilnox ® y Dalparan ®) y Zopiclona (nombre comercial Limovan ®). Tienen exclusivamente la indicación de tratamiento del insomnio. Las ventajas con respecto a las benzodiacepinas son: su menor potencial adictivo, su mayor seguridad en sobredosis, su menor capacidad para producir tolerancia, su mínima alteración de la arquitectura del sueño (produciendo un sueño más natural) y su mínima somnolencia diurna. Curiosamente, estas mejoras con respecto a las benzodiacepinas son muy similares a las mejoras que presentaban las benzodiacepinas sobre los barbitúricos; sin embargo, aunque en menor medida que las benzodiacepinas, siguen siendo potencialmente adictivos.