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La adicción es una enfermedad crónica la cual podemos detener su avance y donde siempre vamos a estar expuestos a sufrir una recaída. 

Lo más difícil para un adicto no es dejar de consumir sino mantener esa abstinencia en el tiempo. En el momento que un adicto se reincorpora a su día a día: responsabilidades familiares, laborales y sociales, se tiene que volver a enfrentar a situaciones en las que en el pasado recurrió a las sustancias (drogas) o comportamientos (adicciones comportamentales) para poder afrontarlas.

En recuperación siempre decimos que no podemos esperar resultados distintos realizando las mismas conductas del pasado. En esta situación es donde el adicto en recuperación tiene que poner en práctica todo lo aprendido en su programa terapeútico.

Aprende a reconocer los síntomas de una recaída en tu adicción

Después de haber realizado el proceso terapéutico comienza el riesgo de poder tener una recaida. Detectar los síntomas que aparecen antes de que el adicto vuelva a consumir drogas será de vital importancía, para poder pedir ayuda y que este proceso no avance hasta terminar irremediablemente en un consumo que le llevará al mismo sitio que estaba antes de realizar su proceso de recuperación. 

Todos los adictos que han tenido una recaida describen esta situación como una pesadilla: la droga tiene memoría y el adicto comienza a consumir prácticamente en el mismo punto donde lo dejó, grandes cantidades y un nivel de autodestrucción catastrófico. Lo que ha costado años de construir en recuperación (familia, trabajo, amigos, pareja, economía), en pocos meses sino consigues parar a tiempo se pierde.

Es importante tener en cuenta que los síntomas que experimenta una persona adicta antes de una recaída pueden variar significativamente de una persona a otra y dependen del tipo de sustancia a la que son adictas, su historial de consumo, factores personales y ambientales, entre otros.

Sin embargo, algunos síntomas comunes que pueden indicar la posibilidad de una recaída en una persona adicta incluyen:

 

Obsesión por la sustancia: La persona puede tener pensamientos constantes acerca de la droga o el alcohol, lo que puede hacer que sea difícil concentrarse en otras cosas.

Deseos intensos: Experimentar fuertes deseos o ansias de consumir la sustancia.

Cambios en el estado de ánimo: Oscilaciones emocionales, como la irritabilidad, la depresión o la ansiedad, pueden aumentar antes de una recaída.

Aislamiento social: Comenzar a distanciarse de amigos y familiares, evitar actividades sociales o lugares que antes se evitaban debido a la adicción.

Negación: La persona puede empezar a negar o minimizar el problema de la adicción, convenciéndose a sí misma de que puede controlar su consumo.

Comportamiento de búsqueda: Puede comenzar a buscar amigos o lugares relacionados con la sustancia, o incluso a comprar objetos relacionados con su consumo.

Mentiras y secretismo: Ocultar el consumo o mentir acerca de él a amigos y familiares.

Descuido de las responsabilidades: Dejar de cumplir con las responsabilidades cotidianas, como el trabajo, la escuela o las obligaciones familiares.

Pérdida de interés en actividades saludables: La persona puede dejar de participar en actividades que antes disfrutaba y que eran saludables para su bienestar.

Retorno a comportamientos antiguos: Volver a contactar a antiguos amigos o lugares asociados con el consumo de sustancias.

Cambio en las rutinas: Modificar las rutinas diarias para acomodar el consumo de la sustancia.

Cambios físicos: Pueden aparecer signos físicos, como la pérdida de peso, ojeras, piel pálida o deshidratada, entre otros.

 

Es importante señalar que estos síntomas no garantizan necesariamente una recaída, pero pueden ser indicadores de que la persona está en riesgo.

Cómo evitar las tentaciones y prevenir una recaída en tu adicción

Evitar las tentaciones y prevenir una recaída en tu adicción puede ser un desafío, especialmente cuando estás expuesto a situaciones y personas que pueden desencadenar tus antiguos hábitos. Aprender cómo evitar las tentaciones y prevenir una recaída es fundamental para una recuperación efectiva y duradera.

El primer paso es identificar los factores desencadenantes que pueden hacerte sentir vulnerable. Estos pueden incluir personas, lugares, situaciones o eventos que te recuerden de tu adicción y desencadenen la necesidad de consumir sustancias o comportamientos adictivos.

Una vez que hayas identificado estos factores, es importante evitarlos en la medida de lo posible. Esto puede implicar evitar ciertas personas o lugares que puedan desencadenar tus antiguos hábitos, o establecer límites claros y saludables con las personas que pueden ser una influencia negativa en tu proceso de recuperación.

Es importante recordar que evitar las tentaciones y prevenir una recaída en tu adicción es un proceso continuo. No se trata de un objetivo que puedas alcanzar y olvidar. Por lo tanto, es importante que te rodees de un sistema de apoyo fuerte, terapeuta, grupos de autoayuda, amigos, familiares para que puedas obtener la ayuda y el aliento que necesitas para mantenerte firme en tu proceso de recuperación.

Descubre las técnicas efectivas para manejar el estrés y la ansiedad durante la recuperación

Para evitar la recaída, es esencial que las personas en recuperación aprendan estrategias efectivas para manejar el estrés y la ansiedad de manera saludable.

  1. La meditación implica concentrarse en la respiración y entrenar la mente para estar en el momento presente. La meditación ha demostrado ser efectiva para reducir el estrés y la ansiedad y mejorar la claridad mental y la concentración.

  1. El ejercicio físico, libera endorfinas, que son químicos en el cerebro que mejoran el estado de ánimo y reducen el dolor. El ejercicio también puede ayudar a aliviar la tensión muscular y mejorar la calidad del sueño, lo que puede ser especialmente beneficioso para aquellos que experimentan estrés y ansiedad durante la recuperación.

  1. La terapia también puede ser una técnica efectiva para manejar el estrés y la ansiedad durante la recuperación. La terapia puede ayudarte a identificar y manejar las emociones negativas y a desarrollar habilidades para hacer frente al estrés y la ansiedad. También puede ayudarte a establecer metas realistas y alcanzables para tu recuperación.

  1. La respiración profunda y la relajación muscular progresiva también son técnicas efectivas para reducir el estrés y la ansiedad. La respiración profunda implica inhalar profundamente por la nariz y exhalar lentamente por la boca, lo que puede reducir la frecuencia cardíaca y la presión arterial. La relajación muscular progresiva implica tensar y relajar los músculos del cuerpo de manera sistemática, lo que puede ayudar a reducir la tensión muscular y el estrés.

Cómo lidiar con la culpa y la vergüenza después de una recaída

Una recaída en la adicción puede ser un momento muy difícil y traumático en el proceso de recuperación. Después de una recaída, el adicto experimenta sentimientos de culpa y vergüenza (se ha vuelto a fallar a si mismo y a sus seres queridos). Se siente como un despojo humano, y hasta que pasa un tiempo no suele querer hablar con nadie, porque considera que nadie lo entiende, ya que ni el mismo lo hace. El adicto  no necesita que nadie le recrimine nada, el mismo es su juez mas implacable. Estos sentimientos son abrumadores y pueden dificultar  la recuperación, pero existen estrategias efectivas para lidiar con ellos.

Lo primero que debes recordar es que la adicción es una enfermedad de la que el adicto no es responsable, aunque si lo es de su recuperación. Que la culpa y la vergüenza son sentimientos naturales después de una recaída, y no son indicativos de una falta de fuerza de voluntad o carácter. Es importante que intentes no regodearte en la pena y en la verguenza, son sentimientos normales que tienes que pasar y cuanto antes lo hagas mas pronto volveras a la senda de la recuperación.

Acepta que la recaída forma parte del proceso de recuperación, y que es normal tener altibajos en el camino hacia la recuperación. La aceptación puede ayudarte a liberarte de la carga emocional de la culpa y la vergüenza.

Otra estrategia efectiva es hablar sobre tus sentimientos con alguien de confianza. Puedes buscar el apoyo de amigos, familiares o un profesional de la salud mental para hablar sobre tus sentimientos de culpa y vergüenza. Hablar sobre tus sentimientos puede ayudarte a procesarlos y a encontrar perspectivas útiles y apoyo emocional.

Además, es importante que te perdones a ti mismo. Es fácil ser duro contigo mismo después de una recaída, pero es fundamental recordar que eres humano y que estás en un proceso de recuperación. Perdonarte a ti mismo es un paso crucial en el camino hacia la recuperación, ya que te ayuda a liberarte de la carga emocional de la culpa y la vergüenza.

Por último, es esencial recordar que la recuperación es un proceso. La recaída no es un fracaso, sino una oportunidad para aprender y crecer. Con el tiempo y el apoyo adecuados, puedes superar estos sentimientos negativos y continuar en el camino de tener una vida libre de drogas y adicciones.

 

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